En respuesta a los ataques de Estados Unidos a sus instalaciones nucleares, el parlamento de Irán aprobó el cierre del Estrecho de Ormuz, una franja marítima a través del cual fluye un 20 por ciento de la demanda mundial de petróleo y gas.
Analistas económicos y especialistas marítimos coincidieron en que dicha acción alteraría los precios del crudo y modificaría las estimaciones de crecimiento mundial, pero pusieron en duda que sea una acción que Irán pueda sostener a mediano plazo.
Tras la amenaza, el precio de los valores futuros del Brent, la referencia internacional para el precio del crudo, subió hasta un 3.2 por ciento, cotizando en torno a los 79 dólares y 50 centavos por barril.
El Estrecho de Ormuz es un corredor marítimo de 167 kilómetros, que conecta el Golfo Pérsico con el Océano Índico y cuenta con la anchura y la profundidad suficientes para el tránsito de enormes buques petroleros que transporten crudo, productos petrolíferos o gas natural.