El cierre parcial de la frontera con Estados Unidos ha comenzado a impactar de manera directa a los productores agropecuarios de Chihuahua, donde el sector bovino enfrenta una de sus etapas más críticas del año debido al brote del gusano barrenador del ganado.
De acuerdo con estimaciones del sector, la caída anual del 4.9% en las exportaciones agroalimentarias se refleja especialmente en la comercialización de becerros y reses, uno de los principales motores económicos en municipios como Camargo, Delicias, Parral y Ojinaga, donde miles de familias dependen de la venta al mercado estadounidense.
La emergencia sanitaria ha obligado a reforzar los controles sanitarios y suspender temporalmente los envíos de ganado a los centros de inspección fronterizos, lo que ha generado sobrecostos y pérdida de competitividad frente a otros estados productores.
El Consejo Estatal Agropecuario advirtió que, de no normalizarse pronto la frontera, Chihuahua podría enfrentar un descenso prolongado en su volumen de exportación, afectando tanto a los ganaderos del sur del estado como a los exportadores del corredor norte, donde se concentra la mayor parte de los corrales de engorda.
Autoridades de Senasica y la Secretaría de Desarrollo Rural han desplegado brigadas de vigilancia en zonas ganaderas para contener la plaga y recuperar el estatus sanitario internacional, indispensable para reactivar el comercio.
“El gusano barrenador está afectando la movilidad y la confianza sanitaria de nuestro hato ganadero; necesitamos coordinación federal inmediata para no perder más terreno en exportaciones”, expresó un representante ganadero consultado por Nuestras Noticias Chihuahua.
Mientras tanto, los productores locales mantienen la esperanza de que los operativos de control permitan restablecer los cruces en las próximas semanas y con ello frenar las pérdidas que ya golpean al campo chihuahuense.
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