Como siempre, habrá diputados que respinguen por el tema del presupuesto estatal para 2026. Sin embargo, lo que debe quedar claro es que jugar con los números siempre tiene un efecto: puede ser positivo, negativo o incluso perverso cuando se presentan de forma tendenciosa.

Hace unos días se calificó como “deuda del estado” la suma entre la deuda real y el monto contemplado en la Ley de Ingresos 2026, que ronda los 117 mil millones de pesos, argumentando que todo junto supera los 120 mil millones. La realidad es que la deuda verdadera asciende a 48 mil millones. Lo que no se aclara es que el presupuesto de la Ley de Ingresos corresponde a todo el gasto corriente que el estado tendrá en el ejercicio fiscal 2026, es decir, el costo de operar esa enorme estructura gubernamental, además de las obras y servicios programados.

La mayor parte del ingreso se destina a asuntos ordinarios: educación, seguridad, salud, nómina y prestaciones de la burocracia, además de más de 55 mil docentes pertenecientes a las dos secciones sindicales.

Según autoridades hacendarias, Chihuahua ha dejado de recibir miles de millones de pesos en los últimos seis años. Sí recibe participaciones por el convenio fiscal, pero los recursos extraordinarios de diversos programas fueron cancelados. Hoy en día, el gobierno federal destina más al pago de deudas que a la distribución de recursos para los estados.

Por eso varios estados no hallan la puerta: padecen lo mismo, la cancelación de recursos adicionales y una mala estrategia de finanzas y gasto público. Podría pensarse que Chihuahua es castigado por ser un estado gobernado por la oposición, pero no es así. Incluso gobiernos morenistas señalan que a ellos también “les pegan”, a veces con más fuerza, pues tienen menos margen para reclamar públicamente.

Una clave de los gobiernos responsables es mantener las finanzas, si no sanas, al menos medianamente estables. Cuando cada cierre de año deja temblando al estado, sobreviene la crisis, como ya ocurre en varias entidades. No se trata de sobreendeudar, sino de avanzar sin comprometer el futuro y mantener el barco a flote. Según organizaciones de la sociedad civil que analizan los datos fríamente, esto es lo que se ha logrado en Chihuahua en los últimos años.

Se sabe que el próximo año Chihuahua invertirá más de 8,500 millones de pesos en obras importantes de infraestructura, vialidades, caminos y carreteras.

Pero, como dijo el invidente: ya veremos. En su momento, se reconocerá… o se señalará.