En medio del discurso de austeridad que distingue al proyecto de la 4T, el reciente viaje del senador Gerardo Fernández Noroña a Coahuila no solo resulta indignante, sino que exige un análisis reflexivo sobre la coherencia, la transparencia y los límites del gasto público.
Uno de los pilares del discurso oficial en el entorno de la 4T ha sido la eliminación de privilegios, el recorte del gasto innecesario y el cuidado en el uso de recursos públicos.
Sin embargo, el uso de un avión privado con un costo estimado de 2 000 dólares por hora, rompe con esa narrativa.
El uso de un avión privado de lujo por parte del senador Fernández Noroña, bajo la justificación de gira informativa, revela —más allá del costo monetario— una profunda contradicción entre el discurso de austeridad y las prácticas del poder.
La política no puede entenderse como espectáculo, ni los “informes” como pretexto para desplegar ostentación, sino como un acto de servicio público con rendición de cuentas y coherencia moral.
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