Nuestra Opinión: Una reflexión sobre las protestas de los campesinos

Nov 22, 2025 | Opinión

México lindo y querido… tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos.
La protesta de los campesinos que hoy vemos no es nueva: es histórica. Desde los tiempos de tierra y libertad de Emiliano Zapata en 1910, las demandas del campo han acompañado cada etapa del país.

Los reclamos se repiten: precios de garantía justos, apoyos a productores, regulación en la importación de granos, condiciones equitativas frente a los subsidios de los agricultores estadounidenses, defensa de la soberanía alimentaria… y la lista sigue.

Durante los últimos 40 años, todos los gobiernos—sin excepción—han recibido las mismas quejas. Solo en los años posteriores a la Revolución, cuando nacieron las grandes instituciones agrarias, el campo vivió un periodo de relativa estabilidad.

Por eso, las inconformidades actuales hacia el gobierno en turno son similares a las que en su momento enfrentaron el PRI y el PAN. Ahora es Morena quien carga con la inconformidad acumulada por décadas. Y esto confirma una realidad incómoda: el problema nunca ha sido únicamente de partidos, sino estructural.

Las condiciones geopolíticas cambiaron; la dependencia del mercado internacional es hoy innegable. El campo mexicano no fue preparado para competir en ese escenario y muchos productores fueron debilitados por la desaparición de subsidios, apoyos y programas de productividad.

Mientras tanto —y de manera generalizada— se dispersan miles de millones de pesos cada mes en apoyos directos a personas de todas las edades y sectores. Una política que ayuda, sí, pero que también corre el riesgo de fomentar la idea de que es mejor recibir que producir; cuando lo correcto sería enseñar a pescar, no solo entregar el pez.

Uno de los dirigentes campesinos que hoy encabeza las protestas lo expresó con crudeza: es inconcebible que un agricultor que trabaja la tierra para producir una hectárea de maíz reciba cuatro mil pesos, mientras que un joven que no estudia ni trabaja recibe la misma cantidad sin realizar actividad alguna.

El problema es profundo, complejo y no se resolverá en un sexenio. Este gobierno, como los anteriores, tendrá que enfrentar la misma realidad: el campo necesita políticas nacionalistas, inteligentes y de largo plazo; políticas que entiendan que México no es una isla, que siendo productores de petróleo pagamos algunas de las gasolinas más caras del mundo y que, habiendo sido el granero de América, hoy enfrentamos graves rezagos.

La pregunta es: ¿hasta cuándo creceremos como pueblo y exigiremos soluciones que trasciendan gobiernos y colores?

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Juan Pablo Macias

Conductor y Reportero en Nuestras Noticias.

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