LA GRILLA EN CHIHUAHUA cada vez toma más presión. Con el anuncio del PAN nacional de que no habrá más alianzas con otros partidos —y con Jorge Romero diciéndolo con todas las ganas del mundo— se encendió el cerro político no solo en Chihuahua, sino también en Coahuila y Nuevo León. La realidad es que la política se cocina en el territorio, en los municipios, donde se ve la verdad de los alcances reales de los partidos.
En Chihuahua, PRI y PAN se han vuelto necesarios entre sí. Lo mismo se calcula en Nuevo León con Movimiento Ciudadano, donde el candidato del PRI se muestra fuerte. Entonces, ¿para qué soltar la culebra antes de tiempo y tal vez sin necesidad? Eso de gritar “¡nada de nada de alianzas!” no cayó nada bien en territorios donde PAN y PRI comparten gobierno, como Chihuahua.
Hoy, el alcalde Marco Bonilla fue más allá en su razonamiento sobre las alianzas. Comentó que en varias democracias latinoamericanas ya entendieron que solo la unidad de la oposición puede enfrentar con éxito al régimen, y que en México aplica igual: solo un bloque opositor consolidado podrá competir.
Y el régimen también lo sabe… y ya se prepara.
Mientras tanto, un aspirante a la gubernatura afirmó que aún hay tiempo: para que los partidos se fortalezcan en el territorio y para que, llegado el momento, se replanteen estrategias rumbo a 2027. Es decir, dejó entrever que PAN y PRI aún podrían caminar juntos. Pero mientras eso sucede, los dirigentes de ambos partidos, en todos los niveles, deberían ser mucho más cautelosos con sus declaraciones. Porque ya comenzaron los guamazos mediáticos, y lo único que están logrando es exhibirse.
Y HABLANDO de protagonismo, el senador Gerardo Fernández Noroña aplicó su clásica tenebra: anunció que pedirá licencia sin explicar por qué… y luego aclaró que será solo por 12 días, ya que se va de tiempo completo a Palestina. Muy preocupado está el senador por los conflictos históricos, políticos, culturales y religiosos del otro lado del mundo. Pero, en serio: ¿qué puede hacer Noroña allá? ¿Va solo? ¿En una misión humanitaria? Porque por parte de alguna comisión del Senado… definitivamente no es.
Su activismo ideológico lo empuja a cruzar el mundo. Tal vez Mahmud Abás ya esté esperándolo. Quizá Benjamin Netanyahu y hasta el mismísimo Donald Trump se pregunten qué hará allá Noroña.
Y sí, es cierto que Palestina es un pueblo necesitado. Pero aquí también tenemos muchos problemas urgentes: comunidades indígenas abandonadas, damnificados en Veracruz, campesinos en crisis… y un largo etcétera.
Así es la politiquería nuestra de cada día.
En la Opinión: Marco Aurelio Guevara y Juan Pablo Macías.






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