Nuestra Opinión: Como Serpientes y Escaleras en la Grilla | ¡Pobre Caballo! pero el de cuatro patas…

Nov 26, 2025 | Opinión

DICEN que aún falta tiempo para las definiciones políticas, para que los partidos decidan quiénes irán a la contienda en 2027. Otros, en cambio, aseguran que, ante lo complicado del escenario, es necesario construir con anticipación a los gallos y gallinas para medirlos frente a la raza.

Que todavía hay gobernadora, sin duda alguna. Que se debe respeto a las autoridades en turno, también sin duda.

Pero el asunto hace más ruido hacia adentro que hacia afuera. En la calle, la raza anda más preocupada por la chuleta diaria —que ya ni a chuleta llega—. Al ciudadano le ocupa, como bien señala la titular del Ejecutivo, que haya resultados en seguridad y en la economía del hogar, porque todo anda carísimo: cada día cuesta más comer.

En la grilla partidista, Morena pelea entre grupos, aunque algo más moderados. El senador Loera ya cantó que buscará la alcaldía de Juárez, un reto abierto para el grupo de Cruz Pérez Cuéllar. Mientras tanto, los seguidores de Montiel Reyes, desde Bienestar, van amarrando en la cúpula el decantamiento hacia su causa por parte de la presidenta. En este juego entrarían Ariadna Montiel y Mayra Chávez.

En el PAN la cosa tampoco es distinta: también se pelean entre grupos. Están los del círculo cerrado de Maru Campos y los de Marco Bonilla, que se jalan la cobija todos los días, amarran navajas entre sus jefes y llevan y traen chismes sin trascendencia, pero de esos que provocan el corajito. Urge ponerle freno a eso.

También hace falta ubicar a todos los suspirantes en su justa dimensión: quiénes pueden y quiénes no pueden garantizar un buen papel como aspirantes a un cargo de elección. De pronto parece más galgódromo que hipódromo: todos corriendo tras la misma liebre y aplicando el “tírale arriba, a ver dónde pega”.

Entre los partidos y quienes deciden las candidaturas, todos son gallos y gallinas ya muy calados, con amplia experiencia electoral. Saben cuándo y cómo mover las piezas. A veces pareciera que los mensajes cruzados y reclamos forman parte del ambiente previo, el necesario paso por el ácido para más de tres. El colmillo de Sheinbaum, Maru, Romero, Alito y compañía no está en duda.

RESULTA que esta mañana el “caballo” Lozoya andaba montado en su corcel en pleno centro de la ciudad. Dicen que grababa un anuncio, pero ante la expectativa que generó el hermoso animal —insisto: el de cuatro patas—, Lozoya decidió seguir luciéndose en la Plaza Hidalgo, justo frente a Palacio de Gobierno. Ahí estuvo platicando con reporteros y posando para las fotos de la raza, que gritaba a lo lejos: “¡Miren qué hermoso animal!” (el de cuatro patas, claro).

De pronto, el caballo resbaló de su pata trasera sobre el piso mojado de la plaza y terminó en un sentón. El jinete —el otro caballo— perdió el equilibrio hacia la izquierda y cayó. El pobre animal, el de cuatro patas, quedó recostado en el piso. Lograron ponerlo de pie, pero rengueaba de la pata trasera izquierda.

La raza villa-melón, experta en caballos —los de cuatro patas—, lo destrozó en redes sociales. Pero sí hubo un descuido evidente: el caballo llevaba herraduras metálicas, y sobre la vieja baldosa roja mojada de la plaza… pues resbaló.

El incidente fue la comidilla de hoy, parte del costo de andar entre reflectores politiqueros.

Se reportó que el caballo —obviamente, el de cuatro patas— ya fue revisado por un veterinario especialista para su valoración.

En la Opinión: Marco Aurelio Guevara y Juan Pablo Macías.

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Juan Pablo Macias

Conductor y Reportero en Nuestras Noticias.

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