Decenas de miles de palestinos desplazados iniciaron ayer su regreso a pie hacia las ruinas de lo que alguna vez fueron sus hogares, luego de que entrara en vigor el alto al fuego y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) completaran su retirada a las zonas acordadas dentro del plan de paz impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump.
Según la defensa civil palestina, unas 200 mil personas avanzaron por la carretera costera rumbo a la ciudad de Gaza, principal urbe del enclave, devastada tras una de las ofensivas más intensas de Israel desde el inicio de la ocupación.
En el sur, la población caminaba entre el polvo y los restos de Jan Yunis, la segunda ciudad más grande del enclave, reducida a escombros por el ejército israelí. Equipos de rescate informaron que al menos 55 cuerpos fueron recuperados de entre los restos de edificios colapsados en Gaza.
Las FDI confirmaron su repliegue a las líneas de seguridad establecidas, en preparación para la aplicación del acuerdo de paz y el canje de rehenes. No obstante, advirtieron que algunas áreas siguen siendo “extremadamente peligrosas”. La defensa civil de Gaza confirmó que las tropas y blindados israelíes abandonaron posiciones avanzadas tanto en la capital como en Jan Yunis.
El acuerdo contempla un plazo de 72 horas para que el movimiento de resistencia islámica libere a los rehenes restantes, a cambio de 250 prisioneros con condenas prolongadas y otros mil 700 palestinos detenidos desde octubre de 2023. Israel difundió la lista de los 250 presos incluidos, sin figuras destacadas de la lucha armada.
La Unicef logró evacuar a dos recién nacidos de un hospital del norte del enclave para reunirlos con sus padres en el sur, después de haber suspendido un primer intento por el asedio militar. “A inicios de semana teníamos 18 bebés en incubadoras. Dos fueron trasladados, los demás aún esperan”, informó desde Ginebra el portavoz del organismo, Ricardo Pires.
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