«Me voy con la frente en alto»; Pablo Tamez

Sep 23, 2025 | Deportes

En días pasados, autoridades de la Universidad Autónoma de Chihuahua, jugadores, exjugadores y amigos, rindieron merecido homenaje a Pablo Tamez Galindo, por su trayectoria de 60 años vistiendo los colores del equipo de beisbol, 25 de estos como manejador.

Pablo Tamez llegó con su familia a la ciudad de Chihuahua siendo un niño a fines de los años 50 procedente Esmeralda, Coahuila, para convertirse para siempre en un fiel “dorado”.

Pocos saben que jugó basquetbol con la camada multicampeona que integraban Oscar Asiain, Raúl Palma, Jorge “Flecha” Zaragoza, Agustín Ávila, Héctor Payán, Benjamín “la cabra” Ortega, entre otros, dirigidos por don Pedro Barba, quien los llevó a un evento internacional celebrado en República Dominicana, tocándole esa experiencia.

También representó a nuestro país en softbol, al participar en un torneo internacional celebrado en Colombia. Pero el destino lo llevaría al rey de los deportes para dedicarle la mayor parte de su vida.

Aprendió de la derrota cuando jugó con el primer equipo de la UACH dirigido por don Carlitos Duarte en 1966. Eran juveniles de la preparatoria que brincaron de un momento a otro a la Primera Fuerza. Dos años batallando hasta que en 1968 se incorporaron al equipo peloteros de la talla de Mario Mendoza, quien después jugara en las ligas mayores, Javier Porras y Valentín Ramírez, para entonces juntarse con la victoria de la que no se separarían salvo en contadas ocasiones.

Jugó 25 municipales, 16 estatales, siendo, al igual que como manejador, muchos más héroe y verdugo que villano. En casa le aplaudían, pero de visita lo abucheaban, porque cierto es, solo se abuchea a las estrellas-dijo un comentarista de grandes ligas hace añales- y así lo trataban cuando no salían las cosas y a batazos lo sacaban, contadas veces.

Cuando iba a lanzar, las crónicas en tiempo real por la radio constataron en su momento cuando en Cuauhtémoc los aficionados antes del juego metían una borrega verdadera y la trasquilaban sobre el montículo, era una gran fiesta, pero ese festín solía ser todo o lo único, porque lanzaba lumbre y salía victorioso. También, varios recuerdan, que cosa parecida le hacían en Parral y otras plazas. Hasta corrían las bases cargando un ataúd haciendo alusión de que ahí llevaban a la “borrega” Tamez; así reconocían su grandeza, importaba más verlo salir que el resultado del partido.

El popular manejador tomó las riendas del equipo universitario en el año 2000, la estafeta la recibió de don Raúl “El negro” Hurtado. En 25 Universiadas Nacionales ganó 22 medallas, de las cuales 10 fueron de oro, 6 de plata y 6 de bronce. Si le damos un turno al bat por cada año y un hit a cada medalla, el señor licenciado bateó de 25-22, lo que arroja un .880 milésimas de porcentaje; esas fueron las cuentas que entregó este señor el sábado 20 de septiembre 2025 cuando fue develada en su honor la placa que lleva su nombre, al ser así bautizado el parque de beisbol de la UACH en el campus II.

Esos numeritos beisboleros se pudieron dar solo al poseer importantes atributos, como la disciplina tan sentida por sus peloteros que además fueron sometidos a un estricto trabajo en equipo. Hombre de valores lo describió en el 2018 su amigo Javier Porras por motivo del reconocimiento que le brindaron en la CANACO conjuntamente con la Universidad y la Fundación Amigos de Oscar Asiáin:  trabajo, intensidad, constancia, liderazgo, popularidad y ganador nato, cerrando con el sello que le dio identidad: “Siempre dorado, siempre UACH”.

En la Universiada Mundial de Gwangju, Corea del Sur, 2015, se le vio y se le recuerda levantar fuerte la voz, reunir a los jugadores dentro de la caseta para hacerlos regresar el juego. Es que México iba perdiendo.

“Me voy con la frente en alto”

José Luis Barraza Infante

Jose Luis Barraza Infante

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