Maru Campos y el desgaste del poder dentro del PAN

Nov 27, 2025 | Opinión

La gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, enfrenta uno de los momentos más complejos de su administración. No por la oposición, ni por presiones federales, sino por lo que ocurre al interior de su propio partido, Acción Nacional (PAN). En los últimos meses se ha vuelto evidente que la mandataria ve disminuido y cuestionado su liderazgo político, particularmente frente a quienes aspiran a posiciones de elección popular en el próximo ciclo electoral.

Dos hechos recientes —el regaño público al alcalde Marco Bonilla y el despido político del titular de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento de Ciudad Juárez— son síntomas de un poder que, lejos de consolidarse, parece estar entrando en fase de desgaste y desesperación.

En la antesala de las definiciones electorales, varios actores del PAN han comenzado a tomar posiciones propias, construir estructuras y mover alianzas, sin esperar la bendición de la gobernadora. Esto, que en otros momentos habría ocurrido bajo un orden interno más rígido, hoy se hace a la vista de todos.

El mensaje que envían es claro: Maru Campos ya no es el eje natural de control político del panismo chihuahuense.

En administraciones pasadas, los gobernadores del PAN – y del

PRI – mantuvieron, con distintos estilos, una disciplina interna que no se cuestionaba abiertamente. En el caso de Campos, esa disciplina se ha ido erosionando mientras su círculo cercano se reduce y la inconformidad aumenta.

Uno de los momentos más representativos ocurrió con el regaño público al alcalde de Chihuahua, Marco Bonilla, uno de los activos políticos más fuertes del PAN en el estado y quien, para muchos, representa un liderazgo emergente con proyección propia.

Este episodio no se interpretó como una llamada de atención ordinaria, sino como un intento de imposición ante un alcalde que parece haber construido una base política lo suficientemente sólida como para no depender totalmente de los designios de la gobernadora.

El mensaje de Maru Campos sonó más a advertencia forzada que a ejercicio natural de autoridad. Y cuando un gobernante tiene que elevar el tono para ser escuchado por los suyos, es un indicio de que su control está debilitándose.

Aún más revelador fue el despido del titular de la Junta de Agua y Saneamiento de Ciudad Juárez, un movimiento que claramente obedeció a diferencias políticas. La gobernadora fue muy directa: “Tengo entendido que él ya tiene otras prioridades en el ámbito político con otras personas y lo respetamos… se cerró el círculo”

Juárez es un terreno estratégico: electoralmente decisivo y políticamente complejo. La remoción del titular se interpretó como una maniobra de reafirmación de poder, dirigida más a los grupos internos del PAN que a la ciudadanía.

Sin embargo, el efecto fue el contrario: alimentó la percepción de una gobernadora que recurre a sacudidas bruscas para intentar mantener el control, evidenciando su propio temor a perderlo.

Entre militantes, operadores y observadores del panismo se escucha una frase coloquial, repetida en voz baja: “Se le están saliendo del huacal.”

Y no es para menos. Los movimientos internos reflejan que los aspirantes panistas están marcando distancia respecto a la gobernadora, que los grupos tradicionales del PAN no parecen dispuestos a someterse a un solo centro de mando y que la figura de Maru Campos ya no genera cohesión, sino resistencia.

Este fenómeno no necesariamente significa ruptura total, pero sí un desgaste profundo que complica la capacidad de la gobernadora para operar políticamente rumbo al futuro inmediato.

Los recientes episodios no son hechos aislados; son parte de una tendencia de debilitamiento del liderazgo de María Eugenia Campos dentro de su propio partido.

La presión por conservar influencia frente a los aspirantes panistas ha llevado a la gobernadora a decisiones que, en vez de fortalecerla, la exhiben como mandataria en estado defensivo. Y cuando un gobernante actúa a la defensiva, los aliados comienzan a buscar su propio camino.

En el PAN de Chihuahua, el reacomodo ya inició. Las fichas se están moviendo y el poder de Maru Campos, hoy más que nunca, se ve desgastado, tensionado y, sobre todo, cuestionado.

Pedro Torres Estrada

Alfredo Martínez

Alfredo Martínez Sosa es Editor en Jefe de Noticieros Radiorama, donde encabeza el trabajo informativo con responsabilidad, liderazgo y compromiso hacia la audiencia. Con más de 20 años de experiencia en el periodismo, ha desarrollado una sólida trayectoria en medios de comunicación, destacando por su capacidad de análisis, su rigor profesional y su visión crítica de la realidad social y política de Chihuahua y del país.

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