El Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ) se ve envuelto en controversia luego de que el juez de control Juan Carlos Erives Fuentes otorgara un esquema de semilibertad a Édgar Herman Escárcega Valenzuela, condenado a 37 años de prisión por secuestro y, además, hermano de la magistrada de este mismo tribunal, Nancy Escárcega.
El fallo, emitido apenas semanas después de que Erives asumiera funciones, permite que el sentenciado permanezca en prisión únicamente los fines de semana, saliendo libre de lunes a viernes hasta el año 2050.
La decisión desató cuestionamientos no solo por lo insólito de la medida, sino también por la relación familiar del beneficiado con una de las integrantes del propio Tribunal que ahora “investiga” el caso.
El magistrado presidente, Francisco Javier Acosta Molina, aseguró que la indagatoria se realizará con independencia e imparcialidad a través de la Unidad de Investigación de Responsabilidades Administrativas (UIRA).
Sin embargo, el comunicado oficial evitó mencionar nombres concretos y reiteró que no se darán detalles de la investigación en curso.
Aunque el TDJ insiste en que “no actúa por revanchismos ni motivaciones políticas”, la resolución ha encendido las alarmas sobre la transparencia y la credibilidad de un tribunal que, irónicamente, fue creado para combatir la corrupción y las malas prácticas en el Poder Judicial tras la desaparición del Consejo de la Judicatura.
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