Bajo el argumento de “modernizar la fiscalización digital”, el Gobierno federal propuso una medida que ha encendido las alarmas entre especialistas y usuarios: permitir que el SAT tenga acceso en línea y en tiempo real a la información que guardan las plataformas de streaming, aplicaciones de citas, enseñanza en línea y otros servicios digitales.
La iniciativa, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, plantea incorporar un nuevo artículo 30-B a la legislación fiscal, con el cual las empresas como Netflix, Spotify, Tinder, Duolingo o Amazon Prime estarían obligadas a abrir sus sistemas y registros al SAT.
Según el dictamen que hoy será discutido en la Cámara de Diputados, la medida se extiende a plataformas de intermediación entre terceros, clubes en línea y páginas de ejercicios o test, sin distinguir entre servicios de entretenimiento, educativos o personales.
De aprobarse, el fisco tendría capacidad para monitorear y cruzar datos de usuarios y transacciones en tiempo real, un escenario que para muchos recuerda prácticas de vigilancia más propias de regímenes autoritarios que de un Estado democrático.
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