La diputada local del Partido del Trabajo (PT), América Aguilar, ha sido señalada por diversos sectores dentro y fuera del Congreso del Estado debido a los excesos y contradicciones que han marcado su desempeño legislativo.
Mientras la mayoría de los diputados mantienen oficinas modestas para atender a la ciudadanía, Aguilar destaca por ocupar la que ha sido catalogada como la más opulenta de la Torre Legislativa. En ella presume mesas de diseñador y acabados que distan mucho de la realidad de los chihuahuenses que dice representar. Este contraste ha despertado fuertes críticas por el derroche en un espacio que debería priorizar la atención ciudadana antes que el confort personal.
Otro de los puntos más cuestionados es el uso del presupuesto asignado a su bancada. La legisladora recibe cerca de un millón de pesos en plazas laborales, sin embargo, hasta ahora no ha contratado asesores que respalden técnicamente su labor en comisiones o el pleno. Este hecho genera sospechas sobre el destino real de esos recursos y abre la puerta a la opacidad en el manejo de dinero público.
Quizá lo que más ha sorprendido a la opinión pública es su actuación en el pleno. Pese a presentarse como parte de una fuerza política de izquierda, América Aguilar ha votado sistemáticamente a favor de las iniciativas impulsadas por sus supuestos adversarios políticos: las bancadas del PRI, PAN y Movimiento Ciudadano. Esta postura ha generado dudas sobre sus verdaderas lealtades y sobre si su representación responde a los intereses ciudadanos o a acuerdos políticos en lo oscuro.
Los excesos en el estilo de vida dentro del Congreso, la falta de transparencia en el manejo de recursos y la incongruencia en sus decisiones legislativas colocan a América Aguilar en el centro de la crítica pública. La ciudadanía merece representantes que trabajen con honestidad, austeridad y coherencia, no figuras que hagan de la política un escaparate personal.
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