El relanzamiento del PAN: empaque chafa y cero contenido

Oct 24, 2025 | Opinión

Pedro Torres Estrada

El Partido Acción Nacional acaba de anunciar su “relanzamiento”, y lo que debería sonar a renovación profunda se queda en un espectáculo de mercadotecnia política. Es como si a un producto que ya no convence se le cambiara el empaque, el color y hasta el eslogan, con la esperanza de que la gente olvide lo que lleva dentro.

El nuevo logotipo que muchos consideran se asemeja al de un famoso jabón antibacterial, no les lava la cara, y los discursos de modernización recuerdan a esas promociones que prometen “nuevo y mejorado” cuando, en realidad, el contenido sigue siendo el mismo.

No se trata de un ejercicio de reflexión interna ni de un esfuerzo por redefinir qué significa hoy ser panista. Se trata, más bien, de encontrar el ángulo de venta más atractivo, aunque detrás no haya un verdadero cambio de fondo.

No es difícil notar la inspiración: si a Morena le funcionó crecer como espuma en pocos años, ¿por qué no intentarlo igual? El PAN ahora presume que saldrá a las calles, que hará casa por casa, que convocará encuestas abiertas a la ciudadanía para elegir candidatos y que se “abrirá” más allá de sus estructuras. Pero se trata de una copia mecánica de los métodos, no de un cambio en el sentido ni en el contenido.

Morena lo hizo con una narrativa clara —les guste o no— y con un liderazgo que arrastró multitudes. El PAN, en cambio, parece quedarse con la imitación del envase, sin preguntarse cuál es la receta que verdaderamente podría conectar con los ciudadanos.

El mensaje que queda flotando es sencillo: el PAN quiere volver al poder, pero… ¿Para qué? Esa es la gran pregunta. Y conviene recordar que cuando lo lograron no supieron demostrarlo. En su primera etapa, con Vicente Fox, se diluyó la expectativa de cambio y se perdió la oportunidad histórica de marcar una diferencia real con los gobiernos priistas. Con Felipe Calderón, en cambio, se evidenció que el objetivo era exactamente lo contrario al discurso que sostuvieron durante décadas en la oposición: un gobierno marcado por la confrontación y una “guerra” que fracturó al país. Es decir, no solo decepcionaron, sino que tampoco aprendieron de los errores.

El PAN tiene ante sí la disyuntiva de seguir actuando como un producto en busca de clientes, o convertirse en una alternativa real con proyecto de nación. De momento, lo que vemos es más maquillaje que renovación, más ambición que rumbo.

La política no se resuelve con técnicas de mercadeo ni con manuales de imagen; se construye con visión, con propuestas y con la capacidad de demostrar que se gobierna distinto.

El partido insiste en decirse “mejor”, al menos mejor que el PRI, cuya alianza resultó más un lastre que un impulso. Pero lo grave es que el PAN y sus dirigentes hoy no saben explicar qué los diferencia realmente de los priistas. Esa confusión de identidad los coloca en un terreno pantanoso, donde el ciudadano difícilmente encuentra razones para confiar en ellos.

Un relanzamiento serio no debería ser un intento de imitar fórmulas ajenas ni un ejercicio de cosmética, sino un compromiso auténtico con el país. La fórmula Max Cortázar-Alazraki —de spots supuestamente ingeniosos, frases fáciles, mentiras viles y campañas vistosas— ya caducó, y los panistas parecen no haberse dado cuenta. Mientras insistan en revivir recetas agotadas, seguirán ofreciendo más envoltura que contenido.

Alfredo Martínez

Alfredo Martínez Sosa es Editor en Jefe de Noticieros Radiorama, donde encabeza el trabajo informativo con responsabilidad, liderazgo y compromiso hacia la audiencia. Con más de 20 años de experiencia en el periodismo, ha desarrollado una sólida trayectoria en medios de comunicación, destacando por su capacidad de análisis, su rigor profesional y su visión crítica de la realidad social y política de Chihuahua y del país.

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