El estado de Chihuahua comienza a vivir los primeros destapes rumbo a la elección de gobernador. Dos de los alcaldes más importantes ya han levantado la mano, cada uno con un estilo propio y con frases que buscan quedarse en la memoria ciudadana.
Por un lado, Marco Bonilla, alcalde de la capital, lanzó un mensaje contundente: “Voy por Chihuahua”. Con esta declaración sintetiza su aspiración de dar el salto de la presidencia municipal al Palacio de Gobierno. Bonilla apuesta a proyectarse como el político que ha sabido mantener orden, estabilidad y resultados en la capital, presentándose como un perfil con experiencia administrativa y cercanía con los sectores empresariales y sociales. Su frase refleja ambición, pero también una visión estatal: de Chihuahua para Chihuahua.
En el otro frente aparece Cruz Pérez Cuéllar, alcalde de Ciudad Juárez, quien con su lema “Trabajaremos por Juárez y Chihuahua” busca equilibrar la histórica percepción de abandono hacia la frontera. Su destape subraya que el poder político no puede seguir centralizado en la capital, y que la voz de Juárez —motor económico y demográfico del estado— debe tener un papel protagónico. Pérez Cuéllar juega la carta del arraigo en la frontera, pero también de una visión integradora que no excluya al resto del estado.
Ambos destapes, aunque tempranos, marcan el arranque de una contienda que promete ser intensa. Las frases elegidas no son casualidad: sintetizan proyectos y estilos. Bonilla habla en primera persona, directo, con la seguridad de quien busca continuidad y orden. Pérez Cuéllar utiliza el plural, “trabajaremos”, como un llamado colectivo, apelando a la identidad fronteriza y a la necesidad de unidad.
Chihuahua, entonces, se asoma a un nuevo escenario político donde las ciudades más grandes del estado ponen a prueba su peso electoral. La capital y la frontera ya están sobre la mesa; ahora será la ciudadanía quien decida si quiere un rumbo desde el centro político o desde la puerta norte del país.






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