El secretario general de Gobierno, Santiago De la Peña, informó que entre siete y ocho autobuses del sistema Bowí fueron retirados de circulación ya que estaban “en ruinas” y superaban los diez años de servicio, límite establecido en la Ley Estatal de Transporte.
De acuerdo con el funcionario, varias de las unidades fueron «canibalizadas» para obtener refacciones ante la imposibilidad de repararlas, especialmente cuando sufrían accidentes o fallas mecánicas.
Asimismo, señaló que se realizará un análisis para determinar el destino final de estas unidades en desuso.
El secretario también criticó indirectamente a la administración anterior al afirmar que los camiones chinos adquiridos durante el gobierno de Javier Corral han brindado un servicio de menor calidad que las unidades ahora retiradas.






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