Los consumidores mexicanos enfrentan un incremento de hasta 8% en el precio del pan, situación que ha provocado una reducción del 5% en el volumen de compra y una tendencia hacia la adquisición de tamaños más reducidos.
Este cambio en el mercado responde principalmente al encarecimiento de ingredientes esenciales como la harina y la mantequilla, así como a la creciente preferencia por opciones alimenticias más saludables.
De acuerdo con datos de NielsenIQ, los hogares mexicanos están gastando 8% más por cada ocasión de compra de pan en comparación con el año anterior, lo que los ha llevado a disminuir no solo el volumen adquirido en 5%, sino también la frecuencia de sus visitas a las panaderías.
El segmento más afectado ha sido el pan de caja, que representa el 61% del volumen vendido por la industria y registró una caída de 2.8% en su consumo.
De acuerdo con el INEGI, México cuenta con más de 60 mil panaderías, de las cuales el 97% son micro y pequeñas empresas familiares. Estos negocios experimentan incrementos de hasta 40% en sus ventas durante octubre y noviembre.
El consumo per cápita de pan en el país alcanza los 36 kilogramos anuales. De este total, el 81% corresponde a pan blanco —como bolillos, teleras y pan de caja—, mientras que el 19% pertenece al pan dulce y la repostería, donde el tradicional pan de muerto ocupa un lugar destacado.






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